Con una amplia participación y mucha diversidad, se dio el primer paso hacia una coordinación autónoma de las iniciativas culturales populares de la ciudad. La jornada finalizó con un recital de Farolitos.
La cita fue el sábado 24 de septiembre en el club Sportivo América en una asamblea más recital.
Asamblea según definición casi literal del diccionario es: un órgano político en una organización que asume decisiones.
“Huerto de la Música” se llamó esta asamblea, como forma de plantear una distancia y una diferencia con la iniciativa estatal del “Puerto de la Música”, desde donde se pretenderá mostrar, exportar, comercializar la producción cultural local. Quienes se reunieron el sábado ya tienen una y mil experiencias con las políticas culturales de los gobiernos; ya han visto cómo habilitan siempre hasta ahí no más, hegemonizan y controlan, dificultan o directamente prohiben los pequeños espacios culturales, autónomos, que se encuentran por fuera de los dos grandes ejes comercial y estatal. Los grandes boliches, los grandes museos, las grandes salas, los grandes eventos parecen ser los únicos ámbitos posibles. Pero, ¿qué pasa por afuera? ¿qué pasa en los barrios? ¿qué pasa por abajo, por el suelo, la tierrita donde se siembra y crece el arte y la cultura del pueblo? Esos son los muchos huertos de la música y la cultura que florecen peleando en las periferias.
Antes del comienzo había muchas inquietudes. ¿Qué significaría esta convocatoria? Para varios, era solamente algo a lo que se podía asistir y estar hasta que empezara el recital de Farolitos. Otros, prepararon qué decir, se pusieron a pensar en esta consigna que se había proclamado, ¿quiénes somos, qué arte queremos?
Así fue que muchas y muchos pusieron sobre la cancha del Sportivo lo que hay que poner cuando se sale a jugar de verdad.
Contando, hablando, fuimos descubriendo cuántos somos, cuántos estamos pensando lo mismo, cómo se puede transformar, generar los cambios en cada uno desde el arte.
La asamblea comenzó con la fuerza y el empuje, como siempre y desde hace ya 35 años, de Herminia Severini, Madre de la plaza, Madre de todos, participe de todas las movilizaciones sociales de estos últimos años en nuestra ciudad. Ella le habló a los jóvenes, esos que ella siente como un hijo, como un nieto, como parte de su familia. Herminia, siempre dando la fuerza para continuar la lucha contra las injusticias que nos rodean y algunas veces nos hacen faltar el aire, ella nos dio la fuerza para empezar…con su fuerza seguimos levantando las banderas de la lucha y la infaltable y tan certera frase del Che, que sería lo que nos guiaría o por lo menos nos inspiraría durante esta jornada y tantas mas…HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE!
Despacio, cada uno fue diciendo quien era, qué pensaba y que quería, así nos enteramos de la infinidad de organización puertas adentro de una ciudad, desde ahí, desde el sótano de los barrios que están laburando con los pibes, de esos que están tirados en las esquinas afuera de todo y de los que parece que nadie se acuerda, esos que la sociedad tira una y otra vez a la cárcel.
También se pudo charlar de los problemas a los que se enfrentan por ejemplo los músicos a la hora de poder presentarse en algún lugar para tocar, como lo dijo Popono, referente del rock local, “cada vez que una banda toca ganan todos menos el músico”. Desde otro lugar, también hay músicos que pueden considerarse “trabajadores de la música” o “trabajadores de la cultura”, los que estaban ahí lo hacen con una convicción lo hacen con un sentido muy distinto al comercial, así lo plantearon los chicos de La Semilla, Farolitos, El Cubil, el MUR. Ellos sienten que en la música está el mejor canal para llegar a los jóvenes.
Otras organizaciones artísticas como Arte por Libertad, platearon una desmitificación del arte, que el mismo no es sólo el que se encuentra en los museos, que es una construcción, una herramienta más en las luchas sociales. Que desde ahí se pueden aunar a muchas y muchos para expresar lo que se siente. Que nadie tiene que ser un erudito de los pinceles para plasmar la realidad o levantar banderas de luchas como lo vienen haciendo ellos especialmente desde el muralismo. “Los muros y paredes de las barriadas de Rosario son subversivos. Tienen el raro atributo de soltar palabras; de reunir, en imágenes cargadas de calor y color, pasado y presente, memoria que alborota, recuerdos que echan a rodar el mecanismo de la rebeldía. En Ludueña hay un muro que dice: “Cuando la cana nos tira, el que apunta es el gobierno”...esa es la realidad que plantea Arte por Libertad, su manera de aportar a la construcción. Presencia de la CTA
Por su parte, desde la Central de Trabajadores de la Argentina Regional Rosario, el compañero secretario general Gustavo Terés expresó su alegría de ver tanta juventud reunida asambleariamente para avanzar en la construcción, y reivindicó la historia de la lucha obrera de nuestra ciudad y nuestro país, donde ya en la concepción de aquellos anarquistas y socialistas de fines del siglo XIX iba, siempre unida a la tarea de organización gremial, las tareas de formación cultural, pedagógica y deportivo. Ellos fueron los fundadores de tantas bibliotecas, clubes y salas de teatro que la siguen peleando hasta el día de hoy en los barrios.
También se presentaron distintas experiencias de revistas realizadas, pensadas y diseñadas por pibes que trabajan en los clubes recuperados de la Zona Oeste, como el laburo artístico que llevan adelante los chicos de Bella Vista, donde desde el arte trabajan con los pibes, con los recursos que juntan con el amor y la convicción de que también esos pibes de uno de los tantos sótanos que tiene esta ciudad merecen conocer, acercarce a una guitarra, poder tomar un pincel, ver una película, como lo hacen muchos de los que ahí estaban.
Las murgas estuvieron presentes también, esas que con su alegría nos hacen olvidar nuestras tristezas, pero la realidad de muchas de ellas no es muy alegre, muchas están en barrios donde poder pensar en parches nuevos o levitas de colores es casi imposible, pero igual salen a la calle a decir con la más alegre de las rebeldías todo lo que sienten y lo que les pasa.
Además, sacando fotos, escuchando, “cubriendo” y participando, varios medios populares, comunitarios, alternativos, que producen noticias, documentales con otra mirada distinta a los grandes monopolios de la información.
También estuvo presente Eduardo Balán del Culebrón Timbal, que contó que quedó realmente admirado de la cantidad de expresiones y lo más importante de voluntades, que siguen soñando y pensado que cambiar los viejos modelos de cultura, sociales, es posible, que estos pibes que estaban allí, hijos casi todos del 2001, de la lucha contra neoliberalismo más cruel que siguen pensando que con otros se puede, que multiplicar es la tarea.
Con la asamblea casi terminando, se fijó el 10 de diciembre como fecha para retomar lo conversado. La asamblea tomó cuerpo y en cada cara, cada cuerpo se veía como se iba ensanchando un poco la espalda, esa que es la que banca el laburo que se lleva a cabo todos los días, ahí, en el sótano de los barrios.
Fuente: www.ctarosario.org.ar
