Néstor Jeifetz, del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI) fue el primer orador. Ante la presencia de más de 300 personas que rebasaron la capacidad del lugar, Jeifetz celebró el encuentro de todas las organizaciones convocantes y la posibilidad de “poder encontrarse para seguir rompiendo la lógica colonial e imperial que imponía la segregación y la atomización de la clase trabajadora”. Llamó a un esfuerzo para la construcción del socialismo en el país y manifestó su apoyo a la Revolución Bolivariana.
Luis Bilbao, director de América XXI, remarcó que la gira del presidente venezolano es la “contracara” de la gira realizada por el presidente de Estados Unidos Barack Obama por Brasil, Chile y El Salvador. Afirmó también que el acto fue organizado “para que Chávez sepa que aquí hay jóvenes y trabajadores que lo apoyan”. A continuación describió los motivos que llevaron a la intervención militar de la Otan sobre Libia y los efectos que esa guerra podría tener sobre el precio internacional del petróleo: “En un contexto de suba pronunciada del petróleo, el imperialismo necesita atacar a Venezuela (...) dominar el Estado petrolero de Zulia”. Por esta razón consideró fundamental evitar la fractura del proceso de convergencia latinoamericana, para afrontar “la línea imperialista”. Finalmente cuestionó que Unasur no emitiera ninguna declaración en repudio a la guerra de Estados Unidos y Europa contra Libia, algo que sí hizo el Alba.
Víctor Mendibil, secretario General de la Federación Judicial Argentina e impulsor de la Corriente Sindical Nuestra América, habló sobre la importancia de construir una herramienta latinoamericana para los trabajadores del continente. Denunció la Confederación Sindical Internacional (CSI) y planteó la necesidad de impulsar una organización regional de la clase trabajadora, con carácter antimperialista y como contracara de la CSI.
José Rigane, secretario adjunto de la CTA, centró su intervención en el problema energético a escala global: “Las guerras de Estados Unidos son por el petróleo”, aseguró tras denunciar la intervención extranjera en Libia. Reclamó también la “recuperación de los recursos naturales en Argentina”. “No puede ser que Argentina firme convenios en materia de energía sin una petrolera estatal”, se quejó tras denunciar que el país “entrega energía” a capitales multinacionales como el grupo español Repsol, principal accionista de YPF. Finalmente anunció el Paro Nacional convocado por la CTA para el 8 de junio.
La socióloga Cristina Camusso cerró el acto. Recordó las luchas obreras y estudiantiles de las décadas de 1960 y principios de 1970 para aclarar que “lo que estaba en juego en ese momento era la revolución”. Llamó a recuperar la perspectiva revolucionaria y profundizar la unión latinoamericana.
Si bien no pudo asistir al acto por falta de tiempo, el presidente Chávez envió un cálido mensaje de apoyo a los participantes del acto y las organizaciones convocantes. Tras recibir el Premio Rodolfo Walsh a la Comunicación Popular, partió rumbo a Uruguay para reunirse con el presidente José Mujica.
Organizaciones que convocaron al acto: Movimiento de Ocupantes e inquilinos (Cooperativas La Unión , Yatay , Perú , Fortaleza , La Fábrica , El Molino , Casa Base y Solidaria Suárez, en la CTA y Selvip); periódico El Espejo; Corriente sindical Nuestra América; jóvenes de la Central de Trabajadores de la Argentina; agrupación estudiantil La Mella (presidencia de la Federación Universitaria de Buenos Aires); Pañuelos en Rebeldía (organización de Derechos Humanos); Unión de Militantes por el Socialismo; Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas; Participación Urbana y la revista América XXI.