En los últimos días una campaña de las corporaciones mineras inunda los medios de información y los corredores del Congreso Nacional proponiendo que los legisladores de la Cámara Alta rechacen la ley aprobada en diputados y que por tecnicismos institucionales quede aprobado el viejo proyecto de ley que cuenta con media sanción del Senado, habilitando de ese modo todo tipo de actividad extractiva en áreas periglaciales y el continuismo promiscuo y devastador en la región de los hielos andinos.
El concepto de proteger los glaciares y el área periglacial nace con el levantamiento popular de las comunidades afectadas, relacionadas con el ecosistema frágil de la Cordillera de los Andes y ante la incondicional pasividad de gobiernos —cuando no complicidad explícita, como se comprueba en varias provincias e incluso a nivel nacional, recordemos el veto de la Ley Maffei por parte de la Presidenta y su reciente encuentro con el presidente de la Barrick Gold—, instituciones y organizaciones especializadas, ambientalistas y técnicas, que en la práctica tendrían que haber encabezado la defensa de las nacientes del agua desde el instante en que vienen operando las compañías mineras a cielo abierto con reactivos tóxicos, persistentes y bioacumulativos, hace más de dos décadas.
Proteger los glaciares, proteger el agua, defender la vida
La ley de protección de glaciares y del ambiente periglacial en la cordillera, precordillera y estribaciones, es tan necesaria como imprescindible. Allí se encuentran glaciares descubiertos y cubiertos, son hielos que bajan en forma de agua, que escurre hacia el Atlántico y hacia el Pacífico. Es nuestra vida, nuestro medio de vida.
El agua que se consume en la costa es la misma que nace en aquellos glaciares que debemos proteger. Corporaciones transnacionales como Barrick Gold habían anunciado el traslado de glaciares para sacar el oro y los metales que hay debajo. Al mismo tiempo, todas las mineras los intervienen, derriten los hielos para obtener agua que mezclan con reactivos químicos tóxicos para arrancar el mineral de la roca: el agua vale más que el oro, es la consigna de todos los pueblos y comunidades afectadas por las explotaciones mineras.
¿Y por qué es urgente movilizarnos? Porque las mineras quieren una ley permisiva que impulsan desde el senado y rechazarían -el día 30 del corriente- la ley aprobada en diputados, que fuera impulsada por los movimientos sociales, por el activismo de numerosas comunidades.
Nuestras luchas lograron que muchas provincias prohibieran esta minería, y si ahora no prospera la ley que verdaderamente protegerá los glaciares, habremos retrocedido en nuestra conquista.
TODOS JUNTOS PODEMOS. JUNTEMOS MILES DE VOCES EN EL ACAMPE DEL 29 y 30 DE SEPTIEMBRE FRENTE AL CONGRESO NACIONAL, DEFENDIENDO LA LEY APROBADA EN DIPUTADOS
Fuente y más información: UAC