Entre el 26 de julio y el 9 de agosto de 2000, trescientos militantes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) caminaron “por los pueblos” desde Rosario a Buenos Aires con un objetivo: instalar en la agenda pública la necesidad de discutir la distribución de la riqueza. Y con una meta: conseguir un millón de firmas que avalen un Seguro de Desempleo y Formación. 300 salieron de Rosario, 15 mil llegaron a las puertas del Congreso Nacional escribiendo a pata y pulmón una página trascendente en la historia de la CTA y del movimiento obrero argentino.
“Nuestro compañero Carlos Del Frade, periodista e historiador rosarino, revive aquellas dos semanas de marcha ilusionada sumando en coro las voces de los caminantes a un sentido relato, nutrido de historia y de épica”, afirmó la CTA en su agencia ACTA.
El prologo del libro, realizado por Del Frade, sostiene: “La Marcha Grande, el río místico de la historia social argentina, no solamente fue uno de los hitos más notables de la crónica política de los últimos veinte años, sino también una clara señal de los puentes que existen entre las viejas peleas y las nuevas necesidades. Un ejemplo palpitante de que la memoria y la resistencia siempre están cargadas de futuro”.