Poco a poco van llegando las delegaciones de distintos puntos del país. Todos traen el entusiasmo y la ansiedad característica de los militantes jóvenes. Bombos, cantitos y banderas que comienzan a colgarse en las ventanas del Complejo de Turismo Social.
Se espera que lleguen en total cuarenta colectivos, con más de 2500 compañeros menores de 30 años, que contradiciendo a aquellos que dicen que los jóvenes “están en cualquiera”, vienen a debatir estrategias para buscar una salida entre todos.
“No queremos más alianzas, no queremos más traición, queremos un movimiento para la liberación…” se escucha por los pasillos, escaleras y alrededores. Los jóvenes comienzan a encontrarse, conocerse e identificarse. Cada uno trae, además de su remera, bandera o gorra, la impronta propia del lugar del que arriba y de la organización en la que militan.
Además de traer la problemática propia de cada lugar, vienen con la expectativa de conocer a otros para compartir experiencias, considerando que la Constituyente Social es el espacio para articular lo que le pasa a todos.