Compañeras y compañeros de 12 organizaciones realizamos el encuentro distrital ratificando nuestro compromiso de seguir organizándonos y no delegar más.
La actividad se desarrolló en Ministro Rivadavia, en la sede del Grupo Cultural Al Borde, con la presencia de Víctor Mendibil, secretario de Interior de la CTA; Julio Ortellado, Hugo Blasco, Eduardo Moyano y Adrián Ruiz por la CTA bonaerense, más la visita fraterna de delegaciones de las CTA de Quilmes y Lomas de Zamora.
Comenzó la reunión con una reseña del recorrido y origen de esta Constituyente a nivel nacional por parte de Mendibil, y luego intervino Hugo Blasco, secretario gremial de la Central bonaerense.
Estábamos ahí para conformar la Constituyente Social como herramienta de transformación que nos permita identificar nuestros problemas, encontrar soluciones y generar la fuerza para resolverlos sin delegar. Sin duda estábamos con ganas de transformar porque de movida transformamos hasta nuestra convocatoria, que inicialmente pretendía ser de Longchamps-Ministro Rivadavia según lo pensado por el Grupo Cultural Al Borde y la Agrupación Carlos Casinelli, para convertir la reunión en una Constituyente Distrital, ya que había compañeras y compañeros de 8 Localidades de todo Almirante Brown, que venían con una necesidad de encontrar un ámbito donde debatir de manera fraterna.
Como rasgo distintivo, los asistentes buscaron mayoritariamente en las distintas intervenciones completar el concepto de su antecesor/ra en el uso de la palabra y no marcar las diferencias, que seguramente las había.
Tenemos muchas cosas que nos unen y se notaba en los rostros de los asistentes ante las emotivas y sencillas palabras de los compañeros cesantes del Correo Oficial de la Argentina, que comentaban su situación laboral, o el testimonio de uno de ellos que con sus 50 años dijo: “yo nunca me había metido en sindicalismo ni política, pero una tarde de asambleas hace muy poco al escuchar a un compañero muy joven que denunciaba a la injusticia, algo me hizo un clic en la cabeza. Ya no pude aceptar que me humillen, y preferí la lucha con sus riesgos a seguir arrodillado”.
También comprobamos que no estábamos arrancando de la nada en esto de no delegar y buscar soluciones, no sólo promesas, a nuestras necesidades.
Fue al escuchar a Nora, del Asentamiento 12 de Febrero, que nos contó cómo centenares de personas con sus hijos ocuparon un predio vacío lleno de ratas para hacer un barrio.
De ese lugar también queda un triste recuerdo para nuestro barrio, ya que ahí tiraron el cuerpo acribillado de nuestro querido “Dibu”, un chico que tocaba el redoblante en nuestra comparsa.
A lo largo de la tarde se habló de solidaridad, de valorizar nuestro derecho a vivir en un entorno bello sin basurales, con acceso a la salud, la educación, el trabajo, con la certeza de que la inseguridad es un problema que se resuelve si se cumple con el derecho a una vida digna. Y esta será posible si abordamos su concreción entre todos, no delegando en especialistas, y la educación pasa a ser no sólo un tema de maestros, sino de todos nosotros.
Así como la salud deja de ser algo de médicos y enfermeros únicamente, sino que se encuentra en buena alimentación, vivienda digna, agua potable, sin resignar nuestro derecho a tener hospitales públicos y centros de atención donde tratar nuestras enfermedades con trabajadores con salarios dignos y buenas condiciones de trabajo.
Al final nos quedó la certeza de que las cuatro comisiones conformadas (Salud, Niñez y Habitat; Cultura y Educación; Trabajo; Política) se preparaban para avanzar, en acuerdos y hechos concretos. Una vida digna nos merecemos, y está en nosotros el convencimiento de que juntos podemos lograrla.