“Mi mirada tiene que ver básicamente con mi deseo y mi convicción de que en algún momento tenemos que llevar adelante un proyecto de país distinto. Y que ese proyecto no puede ser elaborado desde una cabeza, desde un sector o desde un lugar del país, y el enunciado de esto sólo te coloca frente al desafío de cómo se hace”
“Vengo de hacer una gira por la Patagonia y realmente vi la diversidad, la complejidad de nuestro país, y la riqueza. Andar por la Patagonia y ver esas bombas de petróleo que no cesan en succionar la riqueza del país, o ver lo que pasa en la provincia de Santa Cruz con el tema de la pesca que las empresas se dice que son españolas, pero no solamente son españolas sino que hay capitales de todos lados, y que dejan al país solamente el 12 por ciento de lo que sacan. Entonces, para abordar todo esto, desde lo complejo que es, yo creo que aparece la Constituyente como una herramienta más que idónea, porque tiene en lo constitutivo esta diversidad, tiene la atención de lo particular. Desde este lugar me parece algo importante, con todas sus dificultades, con todos los problemas que tenemos”.
“La Constituyente Social es justamente la posibilidad de la construcción de un espacio que tenga la forma, la característica, la estructura organizativa que mi sector necesita, y poder sentirme vinculado al conjunto. Yo no se como se irá desarrollando, que formas irá teniendo. Ahora estamos empeñados en el tema de la mesa de cultura, y que a través de Proyecto Sur estamos tratando de construir un congreso de la cultura, y yo soy parte de la Constituyente y estoy intentando participar de todas estas iniciativas. Que se me ocurre pensar a mi que irán a derivar todas en el mismo lugar, en un proyecto de país que nos contenga, que vuelva a instalar al ser humano en el centro, que apunte al desarrollo y promoción de nuestras capacidades”
“En el modelo en el que estamos insertos la cultura se ve como un objeto de consumo. Y el gran desafío es poder desarrollar un proyecto que desplace esta visión y vuelva a instalar la cultura como una necesidad de la comunidad. Y en ese sentido creo que el gran tema es justamente sacar a la actividad artística cultural del consumo para instalarla en el vínculo entre el artista y la comunidad”.
“Para mi el desafío es la posibilidad no sólo de diseñar un proyecto, sino de ponerlo en funcionamiento. Yo creo que ese proyecto no debe esperar el poder para instalarlo, se tiene que construir ese proyecto distinto e ir haciéndolo funcionar en la medida de nuestras posibilidades aquí y ahora, hoy”.
“Para mi ese es el gran desafío, porque estamos tironeados. Tironeados por una realidad del trabajador, del trabajador que necesita comer, que necesita hacer teatro allá o acá, hacer televisión, cine o lo que fuere, pero que esas producciones están insertas en este modelo, no son parte de algo distinto, sin embargo, todos los sujetos que participan como trabajadores de todas estas áreas seguramente tienen el deseo de otra cosa”.
“Así, el desafío es poner en práctica el proyecto ya no desde “vamos a hacerlo cuando tengamos la posibilidad”, sino hoy. En ese sentido no es mucho lo que se ha avanzado, pero hay mucha experiencia, sobre todo en el plano del teatro con los grupos de teatro barriales, que están desarrollando una actividad con al comunidad muy fuerte, muy intensa, de la que hay que aprender mucho. No es la única manera, no es lo único, pero ahí hay una experiencia que viene de años, sólida, y que la comunidad la reconoce como propia”.
