¿Cómo está viviendo este proceso hacia la Constituyente de Neuquén?
Muy especialmente porque yo soy neuquino, entonces vamos a ser anfitriones de los compañeros de todo el país, de esto que los vamos construyendo, aprendiendo. La Constituyente, por lo menos en lo personal, lo más apasionante que tiene es que no hay una receta. La receta la vamos haciendo cada vez que nos juntamos nacionalmente, regionalmente, y además todos provenimos de distintas experiencias: experiencias partidarias, sociales, sindicales, culturales, y a medida que nos vamos encontrando, vamos construyendo. Alguien decía: “si tenemos un punto de unidad vamos a construir la patria”, bueno, lo que estamos haciendo es eso, tratando de construir ese punto de unidad para construir la patria que nos contenga a todos, la patria sin excluidos, la patria soberana que es a lo que todos aspiramos. Tenemos la expectativa de generar en Neuquén el espacio suficiente para que todos esos compañeros puedan deliberar, y apelando a la inteligencia colectiva, resolver los pasos que vamos a dar en 2010, año del bicentenario, año que para nosotros debe ser el año en que luchemos por la ciudadanía para todos los argentinos. Un bicentenario sin hambre.
- Recién hablabas de este aprendizaje que es la Constituyente. Parece que es un tema que hay que seguir explicándolo, porque en algunos sectores hay una cierta ansiedad para que a partir de estas reuniones salga finalmente un “paquete” con las posibles soluciones para nuestro pueblo.
Claro, pero yo creo que venimos, y desde el primer día a mi me ha pasado, buscando la receta: “y bueno, qué vamos a hacer, venimos mañana, vamos, cómo es, cuándo nos presentamos, ¿nos presentamos a elecciones?, es eso lo que hay que hacer, no es eso”, es decir; traemos una serie de incertidumbres, atados a una forma de conducción que nos ha dado resultados, objetivamente nos ha dado resultados. Entonces la Constituyente es esto: bancarnos que no sabemos el cómo, y que el cómo lo tenemos que construir. Nosotros lo sabemos y es muy duro, porque uno a veces cuando tiene que ir a invitar a alguien a venir a la Constituyente, seguramente le ha pasado a cualquier militante, nos pasa a todos; explicar qué es la Constituyente tiene su complejidad. Y bueno, hay que ir a explicar que tenemos un objetivo: no nos resignamos a que nos condenen a vivir en otro país, queremos disfrutar de vivir en un país soberano, en un país digno, y que nos necesitamos para construir ese país ¿Cómo lo vamos a construir?, y bueno, tenemos que ir a discutir, tenemos que ir haciendo, y eso que parecía al principio, y me cuento entre los que opinaba, que iba a complejizar la construcción; el no tener perfectamente claro, o medianamente claro como iban a ser los pasos, bueno la realidad nos dio otra respuesta. Es decir, la Constituyente se sigue construyendo a pesar de que no lo tengamos perfectamente claro.
- ¿Cómo abordarías el tema para comenzar a explicar la Constituyente?
El gobierno de los argentinos no es sólo la disputa por la representación en el Estado; por supuesto que la incluye, pero no sólo eso. También el gobierno es para muchos compañeros construir su organización sindical, para otros tener al delegado o construir la vecinal, o seguir manteniendo el comedor, para otros que los teatros independientes puedan tener vida y existencia; es decir para cada uno el gobierno se transforma en particularidades, que todas juntas constituyen el gobierno de los argentinos que plantea la Constituyente.
- Bueno, y también hay una historia en estas organizaciones que hacen que se sea optimista; la recuperación de ATE, la creación y crecimiento de la CTA, el fallo de la Corte Suprema a favor de la libertad sindical, por poner sólo algunos ejemplos.
Son pasos, y pensar desde que arrancó la primera asamblea Constituyente en La Quiaca hasta ahora, fueron pasos, pasos, sin saber exactamente como. Había una necesidad y había una voluntad, que siguen estando intacta, como se vio recientemente en Rosario, y esto de “no saber cómo” también nos ha ido igualando, la Constituyente es una construcción de iguales. Al no haber alguien que tenga la certeza plena, hace que todos seamos iguales. A veces iguales en la construcción, a veces iguales en la angustia de no saber como hacemos, pero iguales. Y bueno, construir una sociedad de iguales también significa esto.
- En un mundo en donde las personas que tienen un trabajo en blanco, que son los que tienen acceso a los derechos sociales, a lo que se suma una inmensa cantidad de pobres, en especial los más chicos y jóvenes, es muy difícil estar en desacuerdo con la Asignación Universal por Hijo, por ejemplo, que es una de las propuestas más claras de la Constituyente Social.
Claro, y ahora tenemos que asumirla; charlábamos la semana anterior con algunos compañeros de la Capital Federal, sobre como lo asumimos los sindicatos; porque si uno dice: Asignación Universal por Hijo, pareciera que no es para los que tienen trabajo, pareciera que es sólo para quienes no lo tienen. Pero es: asignación para los que tienen trabajo, 300 pesos por hijo, para los que no tienen trabajo, asignación de 300 pesos por hijo, para el que tiene trabajo precarizado, en negro, 300 pesos por hijo. Es decir; es un camino hacia el concepto de ciudadanía; si todos comprendemos; el que tiene quiosco, el que tiene cuatro pibes, también 300 pesos por pibe, es decir: para todos los argentinos. Es un punto a acordar; si decimos que queremos un país en donde no haya hambre y ése es un punto de acuerdo, quizás comencemos a crear la patria que anhelamos.
- Te saco un minuto del tema de la Constituyente; si afirmamos que una de las condiciones que separan al militante del resto de los mortales es la “rebelión” ante algo que nos parece mal, es decir, no quedarse en la queja y realizar algún tipo de acción para cambiar esa realidad, cualquiera fuera; ¿cuál fue ese momento en tu vida que tuviste la primer reacción “militante”, aunque hoy visto a la distancia parezca una pavada?
Si, y la verdad es que fue una pavada – risas - . Yo vengo de una familia de militantes; mi mamá era dirigente del gremio estatal anterior a ATE en Neuquén, lo que no me acercó a la militancia, al contrario me alejó. Pero sí, en mi primer trabajo me molestaba la “atropellada”. Me tocó tener un tipo muy jodido de jefe que nos atropellaba, de mala manera, que humillaba, inclusive a la gente más grande que a los jóvenes, y eso realmente me molestaba. En ese tiempo, el final de la dictadura, había ya compañeros más grandes, con más conciencia, con más formación que me fueron invitando a formar el sindicato. Pero a mi lo que realmente me rebeló fue la injusticia del maltrato, y no era una multinacional; yo trabajaba en el Estado y este era un jefe, es decir, un empleado el que maltrataba a los compañeros, y bueno, ahí uno se empezó a meter en esto, en el mundo del sindicato que para mi es la actividad humanista más importante. Poder representar a los compañeros de laburo es una cosa que siempre te trae mucha satisfacción
Equipo de Comunicación ATE - CTA Rosario