Creemos necesario reformular el Estado, en particular el comunal. Este modelo, desde el punto de vista del vecino, no da respuestas. Quienes participamos de la Constituyente Social creemos que en realidad no puede dar respuestas a nada. La posibilidad del espacio de la Comuna abre la perspectiva de impulsar importantes cambios. Cada una de ellas tiene que estar conducido por los propios vecinos. Necesitamos discutirlo y reformularlo de manera que el propio vecino, el usuario, todos aquellos que entiendan al Estado como el ámbito adecuado para la realización de las personas, se puedan hacer cargo de él. Necesitamos más salud y más educación. Darle un nuevo curso a los elementos que nos permitan abrir nuevas posibilidades de desarrollo a la vida cotidiana. No puede haber salud sin espacios públicos abiertos a todos, en especial los recreativos, y una actividad deportiva asegurada por el Estado. Hoy son muchos los chicos y jóvenes que no tienen acceso por cuestiones económicas a deportes o actividades recreativas, pues están aranceladas en toda la Ciudad de Buenos Aires. Estas actividades están íntimamente vinculadas al concepto que tenemos de salud, que debemos entender en su concepción integral. La salud pública, tal como está en estos momentos, no le sirve a nadie. Necesitamos de una organización estatal capaz de crear mecanismos de funcionamiento donde el vecino pueda definir las actividades de salud, las recreativas y las educativas, en estrecha vinculación con el Estado. No queremos apelar al lugar común de pedir simplemente mayor presupuesto para salud y educación. Hacerlo sin plantear un profundo cambio estructural del Estado en todos los niveles (nación, Ciudad, Comuna) es permitir la reproducción del actual, colonizado de tal manera que lo hace incapaz de dar respuestas a las necesidades de la comunidad. No se abre la discusión para que los propios usuarios discutan la distribución del presupuesto, facilitando que sea manejado por sectores concentrados, que al sacarlos del ámbito de servicios públicos gratuitos e imprescindibles los hacen fuente de negocios. Uno de los ejemplos está en los medicamentos. No hay producción estatal de medicamentos, por el peso determinante de sectores que lo aprovechan para imponer la lógica mercantil. La presión de algunos sectores de la corporación médica hace que ese sector reciba entre el 80 y el 90 % del presupuesto destinado a salarios, dejando el resto del equipo de salud reducido a la mínima expresión. No tenemos equipos para sacar los hospitales a la calle, ni atención primaria. Seguimos concentrando y reconcentrando, haciendo crecer servicios de distintas fundaciones a expensas de lo necesario para atender a la comunidad.
Queremos mayor presupuesto, pero con una discusión profunda que cuestione el actual modelo de Estado y adquiera capacidad para instalar otro al servicio del conjunto.
El otro eje es la necesidad de integrar todas las actividades de la vida cotidiana. En el ámbito de la educación tenemos un sector de chicos que no reciben formación para un futuro primer empleo. No se discute que educación necesita la comunidad como salida laboral y como formación ciudadana. Está el problema de los horarios, muchos no pueden acceder a los cursos existentes por problemas de horario si trabajan. El macrismo retiró todos los programas de inclusión social. Si un chico trabaja no puede terminar el secundario y si quiere seguir estudiando no tiene posibilidades horarias. No se ha diseñado la educación a distancia. Estos son los temas que queremos discutir.
En las comunas 10 y 11 tenemos dos grandes problemas: el Club Comunicaciones y los reclamos para el retiro de la cárcel. En ambos casos los intereses inmobiliarios ven la posibilidad de hacer grandes negocios. Para el primer caso, nos remitimos a lo que estamos planteando en otra parte. Respecto de la cárcel, en el caso de que decidan su traslado, queremos discutir porqué deberá ser puesta al servicio del esparcimiento público, no privatizada. El espacio público es formador del vínculo comunitario, es el lugar de reunión, de debate, de esparcimiento y deportivo. El Estado debe asegurar que no quede aislado de los programas de salud y educación; debe estatizar y abrir al uso público estos ámbitos.
Pero no queremos discutir solamente esos espacios públicos. Queremos discutir el planeamiento urbano, que comuna queremos, de cuantos pisos los edificios. Queremos ser protagonistas y apropiarnos de este Estado para ponerlo al servicio de la comunidad. En una palabra, apropiarnos del aparato estatal. Se publica lo privado (la farándula), que “entretiene” y va haciendo su aporte a la formación de una determinada conciencia en los sujetos sociales. Se privatiza lo público, reduciendo los espacios para que el sector de población de menos recursos pueda acceder a ámbitos recreativos, a espacios abiertos. El criterio de exclusión aparece claro en los casos del espacio de pibes en Núñez , donde desalojaron la escuela, un espacio de inclusión social, para destinarlo a la represión, o la ocupación del predio del Club Español en Lugano para darlos a la “nueva” policía de la Ciudad.
La lectura ideológica que hacemos de la salud, la educación y el esparcimiento tiene que ver con la inclusión.
En lo que hace a promocionar una vida saludable, nosotros tenemos mucho para decir. Vamos por el Estado. No queremos esta salud, queremos una nueva y participativa, lo mismo con la educación y la recreación, en fin, una planificación de nuestra propia vida.
Para ello, en la Constituyente vamos a proponer nuevos modelos de gestión estatal, que parta de que el Estado no es propiedad de nadie sino de todos los ciudadanos, quienes deben organizar su gestión. Esto supone que los vecinos no enajenen en manos de “especialistas” las decisiones que les corresponden en los asuntos públicos.
La Constituyente Social es una herramienta política para construir un futuro distinto. Esto nos lleva a plantear que es necesario sumar sectores, voluntades para posibilitarlo. La apertura del debate por las comunas nos abre una importante posibilidad en la Ciudad. Macri propone que las comunas tengan un solo representante; nosotros queremos los siete, para que se puedan expresar todas las voces existentes en cada una de las comunas.
Miguel Santopietro – Delegado ATE Hospital de Agudos Dr. A. Zubizarreta – CTA Capital